INFORME: PEDRO MANZANO CONCLUYE LA RESTAURACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA DEL ROSARIO


El prestigioso restaurador D. Pedro E. Manzano Beltrán ha concluido con éxito la restauración de la Imagen de la Dolorosa Titular de nuestra Hermandad, María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos.Se trata de la primera restauración de esta Imagen, una escultura de candelero para vestir y brazos articulados, tallada en madera de conífera y policromada al óleo, por el reconocido imaginero sevillano D. José Paz Vélez en 1965.


Estado anterior de conservación

La imagen fue examinada el 12 de julio de 2013, realizándose pruebas radiográficas el 6 de agosto, que permitieron conocer como estaba realizada la talla y su estado. El restaurador presentó a la Hermandad el informe diagnóstico del estado de conservación y la propuesta de tratamiento el 30 de diciembre de 2013. El Cabildo General de Hermanos aprobó el proceso de restauración el 9 de marzo de 2014, por lo que la imagen fue trasladada al taller del restaurador el 29 de junio de este mismo año. El proceso de restauración finalizó el  26 de septiembre de 2014, reponiéndose al culto el día 28 de septiembre.

En sus 49 años de existencia la imagen no había tenido anteriormente ninguna restauración, pero hacia 1984 un pintor ajeno al imaginero José Paz Vélez, autor de la obra, realizó un repinte en el entorno de los ojos y la nariz, con objeto de oscurecer la mitad superior del rostro y pintó los párpados en tonos morados para resaltar los ojos. De esta forma alteró la obra original realizada por Paz Vélez. En 1990, el autor de la imagen, Paz Vélez, limpia superficialmente las manos por presentar una importante oscuridad. Hacia 1997 el escultor D. Augusto Morilla Delgado revisa la obra, reparando problemas en los brazos y articulaciones, y colocando aldabillas en los hombros y tornillos prisioneros en las muñecas. Estos brazos cuyo deterioro había aumentado son sustituidos en agosto de 2007 por nuevos brazos con el sistema de “bola”, mucho más moderno y seguro, por D. Manuel López Duarte.

El estado de conservación general de la madera tallada no era alarmante, pero sí se habían detectado algunas alteraciones, como una grieta en el hombro derecho, orificios inadecuados en la espalda para sostener la aureola, otros orificios en los hombros para las aldabillas de sujeción de los brazos, un anticuado sistema para sostener la corona que estaba dañando la cabeza, puntillas que ya no cumplían función alguna, varios clavos oxidados en las caderas para sujetar el tapizado del candelero, y el daño producido por los alfileres al ser vestida, que alcanzaba la madera en el pelo, las sienes y los hombros. Afortunadamente la imagen no tenía ningún tipo de ataque por microorganismos o insectos xilófagos, aunque el antiguo candelero tapizado podía acumular suciedades que podían favorecer la aparición de estos organismos.   

El estado de la policromía era inadecuado y preocupante, tanto por las pérdidas como por la suciedad.   Las mayores pérdidas de policromía se habían producido por los alfileres usados para vestir la imagen y alcanzaban toda la talla. Las partes visibles presentaban mucha suciedad superficial y materiales deteriorados aplicados sobre la policromía, lo que le había dado a estas zonas una coloración errónea que ocultabalas tonalidades utilizadas por Paz Vélez para reflejar el dolor de la Virgen.El estudio con luz ultravioleta mostró repintes, pátina y suciedad mal repartida, sobre todo en la mejilla derecha y los ojos.Las manos presentaban pérdidas de policromía, desgastes en la capa de color hasta alcanzar la madera, daño de alfileres en las muñecas, y laacumulación de suciedad produciendo manchas irregulares por el polvo y humos, principalmente.El pelo de las pestañas se encontraba tan deteriorado que prácticamente había desaparecido y los restos conservados estaban muy arrugados.

Proceso de restauración

Este proceso ha estado marcado por el máximo respeto a la obra original, recuperando la imagen primitiva, y eliminando todo lo que no fuera obra de Paz Vélez, sin modificar ninguna parte de su modelado ni aplicar nuevas policromías.

Se ha reparado el deterioro del soporte (madera) detectado en el estudio mediante imágenes médicas (radiografías y T.A.C.), especialmente el sellado de una grieta en el hombro y la retirada de puntillas y clavos que ya no servían para nada y que podían estropear la madera al oxidarse. Han sido sustituidos el sistema de sujeción de la corona, el candelero, los brazos articulados y el sistema de sujeción de las manos a los antebrazos. Estos elementos, que carecen de valor artístico, son sustituidos por otros de mayor calidad, con las mejoras e innovaciones alcanzadas en este último medio siglo en la imaginería y la restauración, dándole a la imagen mayor seguridad en estas piezas. Como ejemplo, citaremos el candelero, íntegramente realizado en madera de cedro, totalmente ensamblado, sin ningún tornillo o clavos metálicos.

La policromía original fue fijada al soporte para evitar desprendimientos o pérdidas durante el proceso, llevándose a cabo su limpieza y la eliminación de los repintes oscuros, especialmente alrededor de los ojos y en los párpados. La limpieza de zonas como las mejillas sonrosadas o los labios han permitido conocer el color original que le aplicó Paz Vélez, que le otorgó a la imagen un rostro claro y luminoso, inspirado en las creaciones de Juan de Astorga, lejos de carnaciones morenas y oscuras. De este modo, no se le ha dado nueva policromía a ninguna parte de la obra. Aquellos lugares donde se había perdido la policromía por la acción de los alfileresfueron estucados y policromados, para ofrecer el aspecto original, aunque con materiales reversibles que no dañan la policromía primitiva. Fue limpiado el vidrio de los ojos de cristaly de las lágrimas, eliminando restos de pegamentos, tras lo cual se colocaron de nuevo las mismas lágrimas y unas nuevas pestañas, siguiendo el modelo original a partir de las fotografías realizadas a la Imagen en 1965 por el conocido fotógrafo sevillano D. Antonio Fernández “Fernand”. Como protección de la policromía y del conjunto de la obra, D. Antonio J. del Castillo ha realizado un corpiño, gorro y muñequeras de cuero que protegerá la talla del daño de los alfileres al ser vestida. Todo el proceso ha sido documentado con fotografías desde el inicio hasta la conclusión.


La Hermandad quiere agradecer a D. Pedro E. Manzano la dedicación y el esfuerzo realizado sobre la Imagen de Nuestra Titular, reconociendo su gran profesionalidad a la hora de acometer este proceso que ha supuesto la conservación de la Imagen en un estado óptimo para el futuro, con la total satisfacción de los hermanos de esta Hermandad.